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La radiofrecuencia facial pasa por ser uno de los tratamientos más efectivos a fin de fomentar el rejuvenecimiento celular, así como mejorar el aspecto y el estado natural de la piel.
Es una de las técnicas más seguras para la salud que se conocen en la actualidad, hasta tal punto que muchos la califican como la nueva forma de hacer lifting facial sin cirugía. En suma, es indolora, altamente efectiva y no necesita cuidados específicos una vez se han realizado las diferentes sesiones, puesto que no requiere de nuestro paso por el quirófano.
¿Qué hace y qué función tiene la radiofrecuencia facial?
Antes de que veamos este apartado, es importante que tengas una pequeña visión del funcionamiento de la piel, de cara a poder entender todos los efectos que este tratamiento puede aportarte.
La piel es uno de los órganos, sino el mayor, más grande del cuerpo, y tiene como única función mantenernos protegidos y aislados del entorno que nos rodea. Esta, se compone de tres capas:
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Epidermis: es la parte visible y la primera capa protectora que tenemos, y su finalidad es la de defendernos contra las agresiones externas.
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Dermis: es la capa intermedia, y se forma de fibras elásticas como puede ser el colágeno, el cual tiene como función primera mantener la piel tersa, elástica y joven.
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Hipodermis esta es la capa más profunda del tejido subcutáneo y en donde se acumula toda la grasa. Su función principal es la de aportar consistencia a la piel de cara a mantenerla en su sitio.
A medida que va pasando el tiempo, nuestra piel experimenta diversas reacciones físico-químicas que en última instancia la hacen envejecer, lo cual deriva en la formación de arrugas y en una pérdida de elasticidad prominente. Todo esto se debe, en parte, a tres componentes fundamentales.
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Colágeno: es el elemento proteico que aporta firmeza a las capas de la piel, en tanto que su pérdida hace que esta sea más fina y débil.
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Elastina: proteína presente en el tejido cartilaginoso, conjuntivo y óseo que ayuda a que los tejidos corporales recuperen su tamaño inicial.
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Glicosaminoglicanos: conjunto de cadenas largas no ramificadas entre las cuales se encuentran el ácido hialurónico, el sulfato de queratina o el de condroitina.
La radiofrecuencia facial es una de las técnicas innovadoras y no invasivas que mejor se adapta a la demanda de tratamientos de rejuvenecimiento facial, siendo en la actualidad una de las más solicitadas para recuperar la flacidez de la piel.
Su funcionamiento está basado en el uso de ondas de radiofrecuencia, las cuales, en forma de calor, producen energía sobre la hipodermis -tejido subcutáneo-, estimulando de esta manera el transporte de los fibroplastos y la retracción de las fibras de colágeno. Estas últimas son las encargadas de tensar las capas más bajas de la piel y de fomentar su fabricación.
Cuando se lleva a cabo este efecto vasodilatador, la circulación de la sangre se ve notablemente mejorada, contribuyendo de esta manera al aporte de una gran cantidad de nutrientes así como moléculas de oxígeno a las células, además de favorecer la tonificación de los tejidos más hondos de la piel y haciendo que esta tenga un aspecto más joven, radiante y saludable.
Otra de sus grandes ventajas es que participa de la activación de los mecanismos que fomentan la pérdida de grasa localizada, por lo que también puede confirmarse su eficacia a la hora de luchar contra la celulitis corporal.
¿Cómo funciona la radiofrecuencia facial?
Una vez el paciente llega a la clínica, las técnicos inician la limpieza del cutis a fin de retirar y eliminar cualquier resto de maquillaje, cosméticos o suciedad que el rostro pudiera tener.
Acto seguido se embadurna de un gel conductor, de forma que, a posteriori, el procedimiento resulte más sencillo de atajar.
Finalmente, se coloca el dispositivo sobre la piel y, una vez este alcanza la temperatura adecuada, se procede a desplazar por toda la cara pasando por todas y cada una de las zonas que en un principio fueron marcadas.
En ocasiones el paciente puede llegar a sentir un ligero picor o molestia, pero nada más lejos de esto, puesto que la sensación de dolor en este tratamiento es inexistente.
¿Qué beneficios tiene la radiofrecuencia facial?
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Piel tonificada y luminosa.
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Efecto lifting en cuello y cara.
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Menos flacidez y más suavidad en la piel.
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Surcos nasogenianos y arrugas suavizadas.
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Más elasticidad en la piel.
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Mayor producción de colágeno.
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Disminución del tamaño de la papada.
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Eliminación o reducción de ojeras y bolsas.
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Estirado de las arrugas de la expresión.
¿La radiofrecuencia facial a partir de qué edad se hace?
Normalmente la radiofrecuencia facial se indica para aquellas personas que dispongan de una flacidez o de un descolgamiento medio de los tejidos cutáneos, así como surcos y/o arrugas en la piel no demasiado profundas.
Puede aplicarse en cualquier color y tipo de pieles y, por regla general, suele ser más demandado por mujeres de entre 30 y 50 años.
Las superficies más comunes son:
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Frente: tensa la piel y levanta las cejas.
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Ojos: tensa, densifica la piel y ayuda a levantar la mirada.
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Pómulos: minimiza los poros abiertos y tensa levemente la piel de alrededor.
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Perfil mandibular y óvalo facial: disminuye la papada y la caída del tejido.
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Cuello: suaviza arrugas y contribuye al estiramiento de la piel.